En una carta repudiaron las declaraciones de las referentes del kirchnerismo por sus frases estigmatizantes hacia al credo religioso.
NEUQUÉN (ED) — La Confederación Evangélica Bautista (CEA) rechazó por medio de una carta las declaraciones de la presidenta del INADI, Victoria Donda y la activista de Madres de Plaza de Mayo, Hebe Pastor de Bonafini que evaluaron como “estigmatizantes” hacia su credo religioso.
Donda había declarado que “si dejamos llevarnos por fanáticos religiosos tenemos un problemón” a lo que Bonafini completó: “Los evangélicos te pudren la cabeza como los macristas son muy peligrosos”.
“Lamentamos que justamente ellas y es algo que no alacanzamos a entender, que sufrieron tanto por parte de una sociedad y un Estado con ideas y conductas intolerantes, sean las que están actuando de esta manera”, reflexionó la misiva.
Advirtieron que “la democracia implica reconocer las diferencias, aceptar al otro, la igualdad de todos. Lo contrario es el autoritarismo, el absolutismo, la imposición del pensamiento único. Los argentinos hemos sufrido eso para que algunos pretendan volverlo a imponer, pero con sus personales ideas”.
“No solo los evangélicos, sino nadie merece ser estigmatizado ni señalado de esa manera. Ninguna persona, por más que haya sufrido, tiene el poder ni la autoridad de descalificar a los demás. Las ideas de cada uno no lo hacen más o menos argentino”, completa la carta.
La CEA le recordó a los dirigentes que desde que nació Argentina, “los evangélicos estamos acá, todos los días con una multitud de voluntarios que trabajan por el bienestar de los demás, dando trabajo, repartiendo alimentos, conteniendo emocional y espiritualmente a la personas en crisis, fortaleciendo los matrimonios y las familias, construyendo comedores, escuelas, guarderías; todo con nuestro esfuerzo y aportes”.
“No nos aprovechamos del estado quedándonos con fondos públicos”, señaló el documento.
La nota finaliza pidiendo “por una verdadera democracia, por el respecto por las ideas de los demás, por la no imposición del pensamiento único, por una ética que respalde las palabras, por una sociedad donde el amor y la tolerancia sean por sobre el rencor y al intolerancia”.