NEUQUÉN (ED) — El portazo de Lucas Castelli al bloque de diputados provinciales de Juntos por el Cambio en las semanas previas al armado de listas para las PASO, no sorprende. Entre otras cosas porque es uno de los que se ha dedicado a dinamitar la posibilidad de que esa fuerza política incorpore a la Democracia Cristiana, posibilidad que es alentada desde el PRO en virtud del caudal de votos que arrastra su referente, Jorge Sobisch, a quien las últimas encuestas ubican entre los que mayores posibilidades ostentan de acceder a una banca en la Cámara Baja del Congreso de la Nación.
Recientemente, Yenny Fonfach -hasta donde se sabe jefa política de Castelli- retwitteó un posteo en el que este arremetía contra el ex gobernador. “Es tan preocupante la situación financiera de la Provincia, sobre la cual venimos hablando desde que asumimos, como también la hipocresía de los dirigentes que dicen una cosa y hacen otra. Le recuerdo a Jorge Sobisch, que su diputado dio despacho favorable en la comisión”, dijo en relación al respaldo del diputado José Muñoz al endeudamiento que necesita el Ejecutivo provincial para afrontar el aumento que les otorgó a los trabajadores del Estado.
Tanto Castelli como Fonfach ya habían arremetido contra el diputado nacional por el PRO Francisco Sánchez, quien directamente los ninguneó. “Esta es la 2 vez que hago un repudio al diputado nacional Francisco Sánchez. La primera fue por bastardear la Ley Micaela, hoy por sus palabras hacia las mujeres, solo un misógino reduce toda la identidad de una mujer”, dijo hace algunas semanas.
El sector díscolo ha pedido fuerza y representatividad (Fonfach viene de perder las elecciones por la conducción de la UCR frente a Juan Peláez) y se ha reducido a su mínima expresión, tras la partida del ex intendente Horacio “Pechi” Quiroga. Quizá sólo Juan Monteiro, presidente de un partido al que bautizaron Juntos por Neuquén, ocupa un cargo de conducción, pero en terreno ajeno: es el vicepresidente de Cordineu, ente que integran la Provincia y el municipio capitalino y que administra el Paseo de la Costa. Monteiro es quien se candidateó a intendente y le restó votos a Marcelo Bermúdez (PRO).
Ahora, con la posibilidad de un acuerdo con la Democracia Cristiana a la vista y sin marcha atrás por las traiciones y agravios a los dirigentes del PRO, Castelli pega el portazo, no se lleva más que su banca (que no es poco) y así lo argumenta: “Queremos salir de la lógica de la política que no construye o que se queda aferrada a una sola vereda de la política: la vereda de no proponer o de no tener un proyecto ni visión a futuro”, argumentó.
Habló de la vieja política, pero al parecer no encontró lugar en lo que supuestamente viene; el tiempo dirá.