BUENOS AIRES (NA) — El Gobierno muestra una “imaginación” para buscar culpables por la inflación que “parece inagotable”, aunque sus argumentos contrastan con la realidad de la mayoría de los países que, a diferencia de la Argentina, “casi ninguno ha mostrado un desempeño tan malo” en la materia, según opina el economista de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), Daniel Artana.
Con un índice de precios que, a pesar de su descenso en los últimos meses, se ubica en torno del 3% y supera ampliamente a las tasas de inflación del resto de los países de la región (con un promedio en junio de 0,25%), Artana cuestionó a los funcionarios del Gobierno por sus explicaciones del fenómeno.
“La imaginación del Gobierno para encontrar culpables parece inagotable: empresarios, precios internacionales de los alimentos e incluso las proyecciones de economistas en el REM (Relevamiento de Expectativas de Mercado)”, señaló al respecto.
Artana indicó que “en casi todos los países hay empresarios que pretenden maximizar ganancias, también sufren los mayores precios internacionales de los alimentos y hay encuestas de proyecciones de inflación”.
Sin embargo, añadió “casi ninguno ha mostrado un desempeño tan malo en materia inflacionaria”.
Sin mencionarlo, Artana recurrió a una conocida frase de Néstor Kirchner para criticar esas explicaciones: “parafraseando a un ex presidente, el problema no es sólo lo que dicen, sino que pasa a ser cada vez más importante lo que hacen”.
Asimismo, cuestionó que “quienes históricamente sostienen la inflación cost-push (inflación de costos) no parecen preocuparse de los aumentos salariales crecientes impulsados por el mismo gobierno”, que comenzó el año con subas promedio del 30% y seis meses después subieron unos quince puntos porcentuales.
En el mismo sentido, advirtió que “quienes adhieren a la idea de no atrasar el tipo de cambio no parecen preocuparse por la fuerte desaceleración del ritmo de devaluación mensual, sin que ello venga acompañado de un programa fiscal y monetario consistente con ese cambio”.
En otro orden, Artana criticó las “inconsistencias en las decisiones económicas del Gobierno” que derivaron en “un retroceso” en lo referente al financiamiento externo luego de la reestructuración de la deuda alcanzada en agosto del año pasado.
“Una reestructuración exitosa requiere que al cabo de un tiempo el país deudor pueda acceder a financiamiento nuevo para poder cancelar los vencimientos de capital que existen”, indicó, pero advirtió que “eso no se ha logrado todavía para la deuda en moneda extranjera”.
Si bien admitió que “se ha podido empezar a renovar la deuda a corto plazo en moneda local”, Artana señaló que eso se logró “en un mercado cautivo por la represión financiera, pero que no tiene el volumen suficiente para poder reemplazar deuda que vence con organismos multilaterales, primero, y luego, con acreedores privados”.
“Habrá que ver si eso se logra después de las elecciones de medio término, lo que requiere un acuerdo con el FMI seguido de una baja sustancial en el riesgo país”, consideró.
Por otra parte, alertó que “las medidas que adopta el Gobierno” dificultan la concreción del objetivo declarado de aumentar las exportaciones.
Al respecto, precisó que éstas “han recuperado en valor por el aumento en el precio de las commodities pero han caído en volumen”.
En ese marco, dijo, “a los aumentos en las retenciones o bajas discrecionales, brecha cambiaria y restricciones cuantitativas como las que se pusieron a las ventas al exterior de carne, se suma ahora la estatización de la Hidrovía”.
Artana rescató que “curiosamente, no hay quejas de los productores que usan esta vía sobre el costo o la calidad del servicio prestado por el concesionario privado ni tampoco se perciben externalidades que puedan afectar a terceros”.
En ese sentido, subrayó que “si la estatización resulta en un deterioro en la calidad o en una mayor tarifa tendrá un efecto similar a un aumento adicional de retenciones y un nuevo contratiempo para lograr el tan ansiado salto exportador”.