Prisión preventiva para el homicida al volante

La camioneta secuestrada Foto AN Roca




NEUQUÉN (ED). — Facundo Castillo (29) y un grupo de amigos acababan de salir de una fiesta que habían disfrutado en un predio de Cipolletti y estaban a la espera de un taxi que los trajera de regreso a Neuquén. Faltaban unos pocos minutos para las 7 de la mañana del domingo y la muerte -traicionera y artera- estaba por irrumpir.

Todo se sucedió en unos pocos minutos. Vertiginosos y fatales, como suele ocurrir en estos casos. De repente apareció en escena la BMW X1 blanca que conducía Ramiro Gutiérrez (24) quien, en su intento por subir a la Ruta 22, ejecutó una maniobra anti reglamentaria -riesgosa, desaprensiva e insolente- que generó insultos y recriminaciones por parte de quienes se encontraban en el lugar. En las inmediaciones de Julio Salto y Ruta 22, para ser precisos.

Cruzaron insultos, algunos dicen que hasta hubo una pelea y aseguran que Facundo procuró separar a los bandos. Gutiérrez -para esta instancia judicial, el asesino- volvió a subir a la BMW con sus compañeros y cuando parecía que el asunto no pasaría a mayores, hizo un giro en “U” y encaró de manera deliberada rumbo a los jóvenes con los que había discutido.

Facundo se encontraba de espaldas y fue impactado de lleno. Su asesino dio marcha atrás y lo arrastró por algunos metros; es decir, volvió a arrollarlo para luego darse cobardemente a la fuga -y a gran velocidad- por Ruta 22. Entre el desconcierto, la angustia, la indignación y el dolor, Facundo fue llevado al hospital donde, lamentablemente, falleció a las 16 del mismo día.

La reconstrucción de los hechos y las declaraciones de testigos presenciales llevaron al Ministerio Público Fiscal a formularle a Gutiérrez -piloto de la mono marca Gol y vecino de Roca- cargos por homicidio, acusación que fue refrendada por la jueza de Garantías Rita Lucía, quien dispuso que permanezca detenido por los próximos seis meses, mientras avanza la investigación.

Su padre ofreció una fianza de cinco millones de pesos para que le otorgaran el beneficio de la prisión domiciliaria, pero Gutiérrez ya demostró que no duda en evadir a la Justicia. De hecho se mantuvo prófugo durante unas 40 horas y jamás se preocupó por su víctima. Su oferta fue categóricamente rechazada y el reo deberá purgar la preventiva tras las rejas.

Ahora afronta una acusación de homicidio -ese es el delito que se endilga- que contempla penas de ocho años de prisión en adelante, siempre de cumplimiento efectivo. La querella que representa a familiares de la víctima adhirió a la teoría del caso que elaboro el fiscal Martín Pezzetta -y que fue narrada líneas arriba-; mientras que el acusado esbozó que se trató de un accidente y que no atropelló a Facundo de manera intencional.