BUENOS AIRES (NA) — Después de varios años de sequía, una sorprendente crecida en el Río Iguazú obligó a la clausura de las pasarelas de la Garganta del Diablo, emblema de las Cataratas.
Abundantes lluvias en las altas cuencas hicieron crecer en forma robusta el caudal, por lo que la empresa concesionaria de los servicios de la zona, Iguazú Argentina, cerró el acceso al circuito turístico.
Este viernes a la mañana el caudal llegó a diez mil metros por segundo, mientras que la firma explicó que se trataba de un cierre preventivo, con el fin de evitar daños a las barandas, además de proteger a los visitantes.
El último cierre del acceso a la Garganta del Diablo se había producido el 3 de diciembre del 2015 cuando el caudal superó los 11.000 cúbicos por segundo, mientras que en 2014, una creciente extraordinaria en el que se superó los 47 mil metros cúbicos.
Un año antes, el río Iguazú había sufrido una creciente extraordinaria y llegó a superar los 47.000 metros cúbicos por segundo, lo que provocó el desprendimiento de algunos tramos del piso de las pasarelas.
Del lado brasileño, la Compañía Paranaense de Energía (Copel) indicó en un comunicado difundido por Xinhua que el volumen de agua del río Iguazú que da lugar a las cataratas superó al considerado como normal de 1,5 millones de litros, al registrar este viernes más de 10 millones de litros por segundo.
Debido al incremento en el caudal, las autoridades locales suspendieron por cuestión de seguridad el paso a los visitantes para mirar desde las plataformas la caída del agua, tanto del lado brasileño como argentino.
Copel detalló que la causa del mayor caudal registrado desde 2017 han sido las lluvias tenidas a lo largo de los 1.320 kilómetros del río Iguazú, el cual nace en el sureste de Brasil.
Recordó que el peor período de sequía de las cataratas ocurrió en mayo de 1978, cuando se registró un caudal de 114.000 litros por segundo.