NACIONALES (NA) Lionel Scaloni, el hombre que pasó de ser discutido a estratega fundamental, el oriundo de Pujato, el que encontró la gloria tanto en su etapa de jugador como de entrenador en la Copa América 2021, fue el encargado de conducir a la Selección argentina a la conquista de la Copa del Mundo luego de 36 años de sequía.
la figura del entrenador creció a pasos agigantados tras la conquista de la Copa América 2021 frente a Brasil en el estadio Maracaná. Sin embargo, previo a ello, y a las críticas desmedidas por momentos del sector futbolero, la historia de Scaloni se comenzó a escribir desde pequeño en su pueblo natal y con el correr de los años, el destino lo fue cruzando con personas que serían claves para este momento que atraviesa.
En jornadas escolares, en la que en los recreos Scaloni pasaba su tiempo junto a la pelota de fútbol, el santafesino dio sus primeros pasos en el deporte junto a su hermano Mauro en el Club Sportivo Matienzo en el que tuvo como particularidad que su entrenador fue su padre, Ángel.
Su hermano, que no llegó a debutar profesionalmente, pero sí militó en reservas y filiales, lo acompañó durante sus primeras incursiones en el mundo del fútbol. Es que el actual presidente de Spotivo Matienzo fue el encargado de acompañarlo en sus epopeyas por Newell´s, Estudiantes de La Plata y su llegada al Deportivo La Coruña.
Pero la historia de Scaloni con la Selección comienza mucho antes de emigrar a España. Durante sus primeros años como jugador de las inferiores de Newell´s, en los que su padre viajaba alrededor de 500 kilómetros diarios entre trabajo y entrenamiento, el actual entrenador del combinado nacional se desempeñaba en la sexta división del conjunto rosarino cuando fue observado de cerca para integrar el primer equipo.
Así fue como el 13 de septiembre de 1993, un joven Scaloni tuvo su primer acercamiento con la Selección Argentina o mejor dicho con un pedazo de la misma, ya que integró el plantel que tuvo a Diego Armando Maradona en el club rosarino. Además, la leyenda cuenta que ese día del debut del 10, Messi estaba en la tribuna con sólo seis años. ¿Locura del destino? Scaloni compartió así recinto con quienes serían los dos máximos exponentes del futbol nacional.
Pese a ser parte de aquel plantel, su debut llegaría casi dos años más tarde, en el Clausura de 1995 por la décima jornada. Pero su estreno estuvo lejos de ser el soñado: jugó como volante por derecha y fue reemplazado a los 45 minutos por el delantero brasileño Marcos Borges. Además, tuvo la dura misión de enfrentar a Oscar Ruggeri, otro campeón del mundo con Argentina en 1986.
El ciclo de Scaloni apenas duró 12 encuentros en la Lepra y debió armar las valijas para mudarse a La Plata, precisamente a Estudiantes, escuela de Carlos Salvador Bilardo, último entrenador en alzar la Copa del Mundo con el equipo nacional.
Su estadía duró un año de la mano de Daniel “el Profe” Córdob a, de quien el propio jugador aseguró que lo “hizo jugador” y compartió equipo con Martín Palermo y Carlos Bossio, entre otros, y su paso fue más que destacado e intenso, ya que con apenas 17 años tuvo importancia dentro del plantel y se ganó el respeto como una especie de referente cuando pidió una reunión con el cuerpo técnico y jugadores para dialogar.
Su buen desempeño en el conjunto “Pincha” lo llevó a ser convocado por José Néstor Pekerman para disputar el Mundial de Malasia 1997 con la Selección argentina Sub-20, en la cual compartió equipo con futbolistas de renombre, pero en la que se destacan Walter Samuel y Pablo Aimar, quienes actualmente son sus asistentes en el cuerpo técnico.
En aquella cita mundialista juvenil, Scaloni fue titular en el debut frente a Hungría y marcó un gol en el 3 a 0; luego dio el presente en la victoria frente a Canadá (2-1); y en la derrota frente a Australia (3-4). Ya en los octavos de final, arrancó en el banco de suplentes frente a la Inglaterra de Michael Owen y Jamie Carragher, quien paradójicamente se dedica en la actualidad a criticar al defensor albiceleste Lisandro Martínez (una fija en las convocatorias) por su altura.
Fue triunfo 2 a 1 ante los británicos y pase a semifinales, instancia en la que los pibes de Pekerman debieron medirse frente a la poderosa Brasil: un monstruo que acumulaba 25 goles en cuatro partidos, con sus últimas actuaciones aplastantes de 10 a 3 a Corea del sur y 10 a 0 sobre Bélgica.
La Argentina venció 2 a 0, con Scaloni cumpliendo un papel fundamental, ya que ingresó en lugar de Diego Markic y fue el autor del gol(azo) con que el que el combinado de Pekerman abrió el marcador.
“Todavía no sé cómo hice ese gol”, aseguró una vez finalizado el encuentro.
En la final, el rival a vencer fue Uruguay, y no sólo Argentina hizo lo suyo, sino que Scaloni se destacó al dar una asistencia que sirvió para triunfar por 2 a 1 y conquistar un nuevo título mundial a nivel juvenil.
Ese año tan significativo le abrió las puertas al fútbol español, precisamente al Deportivo La Coruña, entidad que lo fichó a falta de cinco minutos para el cierre del mercado de pases, y el resto fue historia: el argentino llegó con el equipo en Segunda División y no sólo logró el ascenso sino que también fue parte del “Super Depor” entre el 1997 y 2002, en los cuales pelearon LaLiga, golearon al Real Madrid y metieron susto en Champions League llegando a las semifinales.
La intensidad de trabajo no es algo nuevo para el entrenador, ya que en su etapa de futbolista era igual de estricto y un claro ejemplo de ello fue en su arribo al conjunto español: luego de que se dilatara su llegada por las negociaciones -las cuales incluyeron a su hermano también-, llegó a horas de Navidad y pidió entrenarse en el estadio para no perder estado, incluso pasó las fiestas con los empleados del hotel.
Al igual que en su debut como profesional, su estreno en el Deportivo La Coruña no fue el soñado: ingresó para el complemento y al minuto de juego, el arquero Songo’o fue expulsado, lo que llevó al entrenador José Manuel Corral a reemplazar rápidamente al santafesino por Peter Rufai. Ante la consulta de su mal comienzo, Scaloni fue tajante: “¿Cómo “malo”? Si apenas jugué”.
Con el paso del tiempo, el actual técnico de la Selección se fue convirtiendo en carrilero, lo que lo llevó a ganarse el apodo de “Caballo” impuesto por Sebastián “el loco” Abreu. Cosechó 300 partidos representando al club gallego, en los que logró ser campeón de LaLiga 99/00 (contó con los festejos de Maradona), dos subcampeonatos y dos tercer puestos.
Pero esto no fue lo único, ya que fue el encargado de darle el triunfo a su equipo frente al Hamburgo de Alemania en el minuto 93, en Champions League, y de esta manera, su equipo se convirtió en el único conjunto gallego en ganar en tierras alemanas.
“Cerré los ojos y le pegué al arco”, aseguró el protagonista de la historia, a quien sólo le bastaron 10 minutos para anotarse una vez más en las páginas doradas del club, mientras que en paralelo, la hinchada lo enaltecía con el cántico de “Yo te quiero dar”, de la banda La Mosca, que fue el tema que promocionó el argentino en su arribo al club.
Su nivel y buenos resultados llamaron la atención de Marcelo Bielsa, entrenador de la Selección Argentina en ese entonces, y en 2003 llegó su convocatoria para el partido frente a Libia (triunfo 3-1). Luego de aquel compromiso, debió esperar 14 partidos (siete amistosos y misma cantidad por Eliminatorias) y una Copa América para volver a ser convocado, en este caso de la mano de Claudio Vivas, quien dirigió el equipo por la ausencia del entrenador que se encontraba en los Juego Olímpicos de Atenas 2004.
Su ciclo con la camiseta argentina en mayores fue de apenas siete partidos. Su mejor registro fue en 2005, año en el que logró sumar tres encuentros y en el que se destacó el triunfo frente a Bolivia por 2 a 1 en La Paz luego de 30 años.
Increíblemente, el conjunto nacional volvería a ganar en la altura 15 años más tarde por el mismo resultado gracias a las conquistas de Lautaro Martínez y Joaquín Correa. El entrenador de esa jornada del 26 de marzo de 2020 fue el propio Scaloni, siendo así el único argentino en conseguir dos de las tres victorias en los más de 3.600 metros de altura sobre el nivel del mar.
Pero previo a esto mencionado, en 2004, la historia de Messi y Scaloni sumaría su primer capítulo. El joven, que hizo su debut absoluto en la Selección mayor frente a Hungría, entró a los 20 minutos del complemento. “Ese día fue terrible” dijo el astro del PSG, ya que se fue expulsado a los 40 segundos -de manera injusta- y Scaloni fue el primero en ir a discutir con el árbitro, claro, la defensa comenzó a gestarse con muchísimo tiempo de antelación, aunque ninguno lo imaginaba.
Ambos protagonistas fueron parte del juego de las estrellas, aquel día lograron juntar a Messi y Maradona por primera y única vez en un campo de juego para disputar un encuentro y si bien el recuerdo pasó por ahí, el actual entrenador nacional dejó una perlita cuando le pegó una patadón a la mascota del evento.
Un año antes del Mundial de Alemania de 2006, Pekerman -que fue designado como entrenador de la Selección argentina-, le comunicó que la única chance de formar parte de su nómina final sería como lateral derecho, y Scaloni sabiendo todo lo que implicaba una Copa del Mundo, decidió irse del Deportivo La Coruña luego de nueve años y enemistado con el DT que no lo quería, de quien aseguró que “en el vestuario no era el mismo que delante de las cámaras” y partió rumbo a la Premier League.
Su aventura por el fútbol inglés fue durante un préstamo de seis meses, se desempeño en el West Ham, y si bien no era lo que quería su familia, él fue egoísta por su sueño mundialista y valió la pena, ya que convenció a Pekerman con 17 encuentros disputados, en los que llegó a disputar la final de la FA CUP frente a Liverpool, aunque su equipo perdió por penales.
Steven Gerrard, capitán del Liverpool, dijo que “fue impresionante lo que hicieron”, pero esto paso a un segundo plano ya que el objetivo de meterse en Alemania 2006 lo había logrado:
superó a Javier Zanetti en la consideración del DT y se convirtió en uno de los 13 convocados con pasado juvenil.
Una vez incluido en la convocatoria, compartió plantel con muchos futbolistas que serían importantes en su futuro nacional, ya que en ese equipo dieron el presente Pablo Aimar y Roberto Ayala (sus actuales ayudantes de campo), Javier Mascherano a quien lo considera su “amigo” (entrenador de la Sub-20) y Lionel Messi, figura estelar de su equipo.
Pero ésta no sería la única muestra de que los caminos se estaban entrelazando, sino que en la despedida de aquel equipo en el estadio Monumental de River en un amistoso frente a la Argentina Sub 20 (fue victoria 4-0), en esa formación juvenil se desempeñaron Alejandro “Papu” Gómez y Ángel Di María, autor del tanto para consagrarse campeón frente a Brasil en la Copa América de 2021.
Ya en Alemania 2006, Scaloni fue suplente en todos los encuentros de fase de grupos, pero tuvo su oportunidad en los octavos de final frente a México (victoria 2 a 1), rival que paradójicamente enfrentó como técnico en Qatar 2022.
Con Alemania en cuartos de final, Argentina quedó eliminada por penales y significó el final para Scaloni como futbolista nacional. Esto se sumó a que su vuelta al Deportivo La Coruña no fue la imaginada ya que el entrenador no cambió su parecer y pareció estar peor, ya que suspendió la práctica hasta que no se fuera el argentino, que finalmente rescindió su contrato y generó el malestar de los hinchas con el técnico al que le recriminaron la salida del santafesino.
Su carrera continuó durante seis meses en el Racing de Santader, donde compartió equipo con Ezequiel Garay -sub campeón en Brasil 2014-. Luego firmó con Lazio de Italia un contrato de cinco temporadas, en el que contó con una sesión por 18 meses al Mallorca, tiempo que le alcanzó para enamorarse de la ciudad -su actual hogar- y encontró a su amor, Lisa, madre de sus dos hijos.
Su último paso como jugador fue en el Atalanta de la Serie A de Italia, en 2015, y compartió equipo con el “Papu” Gómez, quien tiempo después destacó: “Siempre fue un personaje, vivíamos al lado, entrenábamos juntos, su familia es extraordinaria, la pasamos muy bien ese año. Se notaba que quería ser DT, tenía esa capacidad, nunca pensé que iba a ser mi entrenador en la Selección, pero se lo notaba que iba a ser técnico”.
Scaloni como entrenador cuenta con la licencia UEFA PRO, considerada como la mejor, y se recibió con varios nombres de peso, entre ellos Fernando Redondo y Javier Saviola. “Lo hice en la Federación Real Española y es la mejor”, explicó el entrenador cuando las críticas eran desmedidas a su designación como DT del combinado nacional.
Con el curso realizado, le faltaba una práctica con un club que tenga niños de 14 años o más: ahí fue cuando el rosarino llamó al CF Son Caliu de Mallorca y se ofreció para trabajar de manera gratuita para completar su estudio. Desde el club le ofrecieron el puesto de asistente técnico del equipo B. En el mismo aportó táctica, y psicología, en este último aspecto es donde más se destacó.
Esto lo llevó a ser respetado en la pequeña entidad y por ello, decidieron ponerle su nombre a un campus de tecnificación, lo que sería una colonia de vaciones.
Su padre, Ángel, que siempre fue su representante, tendría un papel clave nuevamente en su trayectoria, ya que el hombre tenía una buena relación con Jorge Sampaoli, y este le prometió incluirlo en su cuerpo técnico cuando terminara el curso.
Con el curso aprobado, Scaloni se sumó al técnico de Casilda como analista de rivales en Sevilla, en lo que le fue bien, y en abril de 2017 tras el despido de Edgardo Bauza de la Selección argentina, Sampaoli tomó las riendas y lo llevó no sólo como analista sino también como nexo entre cuerpo técnico y jugadores.
Ahí fue donde Scaloni ganó terreno, fue clave en la charla que hubo entre referentes, dirigentes y cuerpo técnico durante la crisis del Mundial de Rusia 2018 y sin saberlo, eso marcó el principio de lo que sería finalmente su ciclo.
A la salida turbulenta de Sampaoli, Claudio “Chiqui” Tapia le ofreció hacerse cargo del torneo Alcudia con la Sub-20, junto a Aimar. Aceptaron y ganaron el certamen. “Me llega en un buen momento, llevó tres años en un cuerpo técnico”, declaró en aquel momento. Una vez consumado el éxito, le ofrecieron el cargo de dirigir al equipo mayor.
Tras varias criticas, llegó la renovación y apuestas de otros jugadores. Leandro Paredes, quien se había quedado sin Mundial en 2018, se convirtió en eje del nuevo mediocampo y se sumó Giovani Lo Celso, quien pasó de no sumar minutos a ser una pieza clave. Lo mismo con los casos de Rodrigo De Paul y Lautaron Martínez, goleador del ciclo.
Amistosos con victorias ante rivales accesibles y derrotas con rivales de mayor talla. Una Copa América (2019) de menor a mayor, con la polémica semifinal frente a Brasil (derrota 2-0), y lograr un tercer puesto frente a Chile, lo llevaron a recibir innumerables criticas, pero la banca de Messi y Tapia para continuar en el cargo.
Con vaivenes con Sergio Agüero y Di María, de quien destacó que tuvo una charla en la que ambos se pusieron a llorar, armó una base que dio que hablar.
Sacó la “messidependencia”, construyó un equipo solido con un medio intocable y una delantera goleadora. Scaloni vivió desde adentro la problemática que llevó a la debacle y enmendó los mismos dramas con soluciones como Emiliano “Dibu” Martínez en el arco y le dio relevancia a Cristian “Cuti” Romero. Además, potenció al resto del equipo.
Scaloni, de forma directa o indirecta, siempre estuvo relacionado al mundo de la Selección Argentina. Luego de romper la racha de 28 años sin títulos y ostentar un invicto de 36 encuentros, en los que logró alzar la Copa América 2021 y la Finalissima 2022, fue líder de un equipo que logró cortar la sequía a nivel mundial y levantó la Copa del Mundo luego de 36 años que fue esquiva. .