Cuando la política del pañuelo verde se queda corta




NEUQUÉN (ED) — El asesinato de Rosana Mabel Artigas, un nuevo femicidio que eleva a nueve la cifra a los ocurridos durante lo que va del año en Neuquén.

La provincia de Neuquén tiene un ministerio específico dedicado a sembrar conciencia para evitar lo que lamentablemente ocurre. Con tanta frecuencia que Neuquén es la primera provincia en el penoso ranking nacional del flagelo.

Rosana era empleada municipal de Plottier y el principal sospechoso es su ex pareja (también empleado del municipio), que se encuentra detenido por falso testimonio. Mintió respecto de sus encuentros con la víctima y este viernes (antes de que encontraran el cuerpo, en la zona de China Muerta) confirmaron que seguirá preso, con prisión preventiva.

Hubo violencia de género, prohibiciones de acercamiento, padecimientos y múltiples señales de alerta. Lo que hicieron desde el ministerio fue lamentar esta nueva pérdida.

La gestión de María Eugenia Ferrareso dejará “sin pena ni gloria” su paso este 10 de diciembre y se llevará con ella la intención de construir un espacio de lucha contras las violencias. Donde se derrocharon un sin número de recursos que finalmente no impactaron donde debían. Los números son lapidarios.

En septiembre, un estudio realizado por el Observatorio de Violencia de Género de Mumala dio cuenta que Neuquén era la segunda provincia con más femicidios en lo que va del año. Hasta ese momento, cinco mujeres habían sido asesinadas brutalmente por sus parejas o exparejas. En poco tiempo la cifra ascendió a nueve, lo que coloca a Neuquén a la cabeza con la mayor tasa de femicidios en el país. Frente a eso no hay excusa que valga.

Ayer se realizó una nueva marcha en Plottier donde las organizaciones feministas, sectores radicalizados de ATEN y la izquierda intentaron nuevamente apropiarse. En el medio siguen quedando las mujeres, y la política del pañuelo verde que termina siendo como la frazada, se queda corta.