Mapuches atacaron estilo mafia y quedaron procesados




Fue en Villa La Angostura. No dejaron que una familia dispusiera de su propiedad. Ahora están en manos de la Justicia

NEUQUÉN (ED) — Dos mapuches quedaron procesados, este jueves, por amenazar (en patota) e intentar robarles a profesionales que trabajaban para ciudadanos que, lamentablemente, no pudieron ejecutar la obra que había planificado. El fiscal Adrián de Lillo les formuló cargos por realizar “actos de turbación que restringieron el ejercicio del derecho de la posesión de un inmueble”, ubicado en Villa La Angostura.

Turbar es “alterar o interrumpir el estado o curso natural de algo”. Lo que hicieron estos sujetos, ahora imputados por la comisión de un delito, fue impedir que los legítimos propietarios pudieran disponer de sus bienes. Y eso no es todo ya que, además, a uno de los presuntos delincuentes se le imputó el intento de robo de un teléfono, con el que una de sus víctimas había filmado lo ocurrido. Una locura, sin dudas. Amenazaron y atacaron, al estilo de la mafia.

Ese violento ataque lo perpetraron el 3 de febrero último. Los investigadores dieron por acreditado que eran cerca de las 17, cuando un grupo de profesionales se encontraba en la chacra por encargo de los propietarios. Estaban ahí para realizar tareas de cara a la construcción de un centro de educación ecuestre terapéutico.

Con sobrados elementos de prueba, el fiscal expuso que mientras colocaban estacas y cintas demarcatorias, irrumpió una banda de mujeres y varones integrantes de una comunidad mapuche. Los investigadores lograron identificar a dos, a los que la Justicia sólo mencionó por sus iniciales (J.D.C. y D.A.O.), quienes emergieron como cabecillas de los actos intimidatorios, para luego retirar las estacas y cintas.
“De esta forma -sostuvo el fiscal – mediante los actos de turbación, los acusados restringieron el ejercicio del derecho de la posesión del inmueble de los propietarios, lo que motivó además que el grupo se retire del lugar”. Habrá que ver si también cometieron o intentaron el delito de usurpación.

El fiscal De Lillo encuadró los hechos en los delitos de turbación, en calidad de coautores. La querella particular en representación de la familia perjudicada por el ataque adhirió a la formulación de cargos; mientras que la defensa de los presuntos delincuentes no planteó objeciones, por lo que el juez Maximiliano Bagnat hizo lugar al planteo tal como lo presentó el fiscal.