El pasado 2 de diciembre se cumplieron 45 años del último partido disputado en el Wembley Argentino, en 1979 San Lorenzo y Boca empataron un clásico en cero.
NEUQUÉN (ED) — El 2 de diciembre de 1979 San Lorenzo jugaría su último partido en el estadio de Avenida La Plata e Inclán frente al Boca Juniors de Juan Carlos Lorenzo. El resultado fue un 0-0 y Hugo Orlando Gatti le atajaría un penal a Hugo Coscia.
El ciclón, que tenía como director técnico al campeón del mundo Carlos Salvador Bilardo, formó aquella tarde con Walter Corbo, en el arco; Orlando Ruiz, Hugo Pena, Miguel Ángel Gette y Carlos Schamberger, en la defensa; Ricardo Collavini, Osvaldo Rinaldi y Rubén Insúa, en el mediocampo y Hugo Coscia, Víctor Marchetti y Mario Rizzi, en la delantera.
Unas semanas antes, Mario Rizzi marcaría dos goles frente a Cipolletti, que al día de hoy posee un alto valor histórico, uno de ellos es el último gol celebrado en el Viejo Gasómetro. Ese mismo día debutó otro gran goleador, Walter Perazzo.
Muchos hinchas del ciclón nunca más pasaron por aquel lugar, incluso muchos ni siquiera entraban a comprar al supermercado que luego se instaló allí.
Por su césped deslumbraron a los hinchas equipos como los carasucias del 64, los matadores del 68 y el primero en conquistar dos títulos el mismo año, obteniendo metropolitano y nacional en 1972.
Jugadores de altísimo nivel brillaron en el estadio de Avenida La Plata, como Armando Farro, René Pontoni, Rinaldo Martino, Omar Higinio García, Isidro Lángara, el lobo Fischer, el nene Sanfilippo, el bambino Veira, el loco Doval y el gringo Scotta.
Años después, en 1982, el club azulgrana descendería a Primera B retornando al año siguiente, luego de una campaña asombrosa llenando estadios con la pasión de sus hinchas.
Unas fechas antes de la finalización del torneo, San Lorenzo derrotaba a El Porvenir 1-0 con gol de Rubén Darío Insúa y lograba la vuelta a primera. En 1993 se inauguraría en el Bajo Flores el Nuevo Gasómetro y a los dos años llegaría un nuevo título.
A 45 años de aquel partido, el recuerdo sigue vivo, la nostalgia de la despedida y el sueño de la construcción del nuevo estadio para recuperar el lugar donde se escribieron páginas de la gloria azulgrana.