NEUQUÉN (ED). — Las autoridades gremiales de ATEN se reunieron este miércoles en Zapala para determinar la continuidad de medidas de fuerza en las próximas dos semanas, que golpearán una vez más a los estudiantes y con ello, a miles de familias neuquinas.
Decidieron 48 horas sin actividades en el aula de las escuelas públicas: el miércoles 31 y jueves 1 de agosto, y se sumarán 72 horas más en la segunda semana de agosto. Un combo que tomará como rehenes a los mismos actores de una educación pública que dicen defender.
En un momento clave del país, donde la formación determina el trampolín de posibilidades y los accesos -ni hablar de la ya añorada movilidad social de otros años- resulta injusto que un puñado decida la suerte de tantos.
La provincia transita un panorama sombrío, donde el lado más reactivo del gremio parece ganar terreno frente a un sector, que como el kirchnerismo nacional, está cada vez más atontado por la fuerza de los cambios.
Faltan clases y sobran reclamos
Las medidas anunciadas incluirán una marcha provincial y acciones en el CPE y Distritos. Se espera que en esta oportunidad, nuevamente las organizaciones sociales se sumen a engrosar las filas de un reclamo que para muchos cada vez incluye a menos docentes y más militantes.
La segunda semana de agosto llegará con 72 horas sin clases, donde no está descartado que el gremio realice una permanencia con tortas fritas en Casa de Gobierno.
Entre los reclamos, el gremio volvió a poner sobre la mesa el cuestionamiento al beneficio que el Gobierno otorgará a los sueldos de quienes se esfuercen por no faltar. Un golpe con fuerza de Ley que también impactó de lleno en la credibilidad de un gremio, que como el peronismo viene cotizando en baja.